JULIAN
CONRADO, ‘EL CANTOR DEL
PUEBLO’
Por Andrés
Silva
Desde Caracas,
Venezuela
Cuando
hablamos de Julián Conrado, tenemos que hablar necesariamente de
paz, de lucha, de entrega revolucionaria y principalmente de
dignidad. Julián Conrado con su canto ha llevado la lucha
revolucionaria más allá de lo que cualquiera pueda imaginarse, su
canto y su ejemplo se han transformado en la bandera de lucha de los
pueblos, como el canto de Víctor Jara, de Alí Primera y de tantos
otros cantores comprometidos con la lucha.
El
domingo 21 de abril finalmente pudimos vernos con Julián, ya que
anteriormente nuestros encuentros se habían suspendidos por los
lamentables hechos de violencia que desde filas de la derecha se
estaban generando en Venezuela después de anunciado el triunfo de
Nicolás Maduro el pasado 14 de abril. A pesar del momento y la
incertidumbre de lo que pasaba en el país nuestro encuentro por fin
se pudo concretar y fue sumamente cálido y lleno de emociones.
Al
ingresar en el Hospital Militar en donde se encuentra prisionero
Julián, (en estos momentos por problemas de salud), no pude evitar
pensar que ahí mismo nos dejó físicamente el Comandante Presidente
Hugo Chávez y ahí mismo está preso un compañero, un
revolucionario que con su canto y con su ejemplo nos llena de vida y
de esperanza y que nos hace creer que otro mundo es posible.
Luego
de pasar los controles de seguridad y cerca de donde anotaban mis
datos en un papel, veo a Julián que se asoma por la puerta de la
habitación con una sonrisa que siempre carga y siempre está lista
para dispararse. Nos dimos un abrazo fraterno, uno de esos abrazos
que deja de lado todo lo que pudiera decirse en esos momentos, un
abrazo revolucionario, lleno de significados. Conmigo llevaba un
libro que los compañeros de Chile me pidieron le entregara a Julián,
es un libro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez en su segundo
Congreso, con el cual se emocionó mucho.
A
uno le duele mucho imaginarse o ver a un pájaro encerrado, y ese era
el sentimiento que tenía hasta antes de comenzar a hablar con Julián
una vez adentro de su ‘jaula’ del Hospital Militar, sabiendo como
le gusta la libertad y sabiendo cómo disfruta compartiendo su canto
en cualquier rueda y en todas las luchas. De hecho fue lo primero que
le pregunte, lo primero que me salió, “¿Cómo estas
de ánimo?”, y su respuesta fue tan
contundente que en vez de levantarle yo el ánimo como me imagino
debe ser en estos casos él me lo levantó a mí, cuando con su voz
firme me dijo, “yo tengo resuelto mi tema moral, estoy firme y con
la moral bien alta”. A partir de ese momento todo fue diferente y
al ver sus ojos atentos, nerviosos, brillantes y acompañados de esa
eterna sonrisa, supe que ese tema realmente estaba resuelto.
Julia
Conrado nació en el año 1954 en un pueblito colombiano del
departamento de Bolívar llamado Turbaco y quizás su destino de
luchador por las causas justas ya estaba marcado desde aquel momento,
dada la carga significativa no solo del nombre del lugar, sino que
también del lugar como emblema de la figura de Simón Bolívar. El
Cacique Yurbaco fue un luchador en contra del imperio español y de
Yurbaco deriva el nombre de ese lugar, Turbaco.
Me
decía Julián, “fíjate hermano, la importancia que tienen los
nombres de los pueblos y de las ciudades, ya que te obligan
necesariamente a consultar la Historia y por eso es que no deben ser
cambiados como sucede a veces. En ese pueblito es en donde Bolívar
armaba su campamento cuando llegaba a Colombia y desde donde recibió
mucho apoyo en sus campañas contra los ejércitos invasores
colonialistas”.
Recuerda
Julián que durante su niñez y en una escuelita muy chiquita en
donde aprendió sus primeras letras, ya la maestra les hablaba de
Simón Bolívar el libertador y así paso su infancia en aquel
pueblito, de tan significativo nombre, hasta que pasó al Instituto
en donde ‘la Seño Colo’ no solo les hablaba del libertador sino
que también cuando tocaba prueba de lectura les hacía leer las
actas y documentos escritos por el propio Simón Bolívar. Con esa
formación es que crece Julián y seguramente todo aquello influyó
para que se convirtiera en un luchador social, en un revolucionario.
Julián
desde su juventud se comprometió no solo en la lucha por una
Colombia más justa, con justicia social, sin latifundio, sin
explotados ni explotadores, desde su militancia activa en la
política partidaria y posteriormente en filas de las FARC-EP, sino
que lo hizo también desde su canto, convirtiéndose con el tiempo en
el ‘cantor del pueblo’ y por ello en el objetivo del gobierno y
del imperio ‘yanqui’.
Me
decía Julián aquel domingo, “mi caso es un problema político”
y sobre su secuestro el 31 de mayo del 2011 dijo algo muy
interesante sobre como lo da a conocer el gobierno colombiano a
través del Presidente Juan Manuel Santos, cuando este anunció:
“tenemos al terrorista Julián Conrado alias el cantante, está
detenido en Venezuela, terrorista de las FARC y vinculado al
narcotráfico”, y sobre eso decía Julián “no hay que creer en
la noticia, si no ver que se esconde detrás de la noticia” y es
verdad porque hay que preguntarse por que Julián estuvo desaparecido
un mes, con los ojos vendados y con sus manos y pies atados sin que
esto fuera tomado en cuenta por las autoridades. ¿Por qué pasado un
año de su detención ilegal en 2012 y todavía no se había
realizado un juicio? ¿Por qué si no hay delito en Venezuela que se
le pudiese imputar no fue liberado aún?
Algo
más grave según me contaba Julián, “yo los escuchaba hablar y
todo el tiempo supe que algunos de mis secuestradores eran
paramilitares, me di cuenta por el lenguaje que estos utilizaban,
inclusive, en determinado momento me querían hacer firmar un
documento en donde entre otras irregularidades la fecha de mi
detención no era la correcta, si no que figuraba unas semanas
después. A mí lo que me salvó fue una foto que me sacan en el
momento de mi secuestro, me sacan la capucha y hacen la foto, la cual
de inmediato es mandada a Santos en Colombia para ser reconocido y de
alguna forma se filtra y de inmediato esta foto la publica toda la
prensa, con lo que se puede probar muy fácilmente cual es la fecha
real de mi secuestro y no la que dice el gobierno.”
Esta
situación ha provocado sentimientos encontrados con respecto a la
posición que asumió el Gobierno de la Republica Bolivariana de
Venezuela, al no otorgar la libertad del compañero Julián Conrado,
y más grave todavía al estar a punto de extraditar al compañero
sabiendo que su vida, de suceder eso estaría en grave peligro,
violando a demás todos los tratados de derechos humanos referidos a
la extradición. Pero sin embargo Julián decía: “yo soy un
defensor a ultranza de la revolución bolivariana y del Comandante
Hugo Chávez Frías, creo que este proceso tiene necesariamente que
transformarse en un proceso más ideológico para terminar de
consolidarse.”
Como homenaje al
comandante Hugo Chávez escribió la siguiente canción en marzo del
2013, apenas supo de la desaparición física del Comandante:
DESDE EL
CUARTEL DE LA MONTAÑA
La burguesía
festejo…
Yo pensé de ésta
manera…
Nunca es tan
bello el amor…
Como cuando el
festeja.
Festejo Henrique
Capriles…
María Corina
Machado…
Dos venenosos
reptiles…
Del yanqui
domesticados.
Y un pajarito…
Paso volando…
Aliprimeriando…
Este versito:
El odio ciega…
Quien no lo sabe…
No ve que Chávez…
Mas vivo queda…
No ve que Chávez…
Mas alto vuela!!!
Para el pueblo no
murió…
Porque murió por
la vida…
Simplemente se
mudo…
Vive al lado de
Bolívar.
Desde El Cuartel
de la Montaña…
En el 23 de
Enero…
Vigila y nos
acompaña…
Grita: ¡Amando
Venceremos!
Y un pajarito…
Paso volando…
Aliprimeriando…
Este versito:
El dio ciega…
Quien no lo sabe…
No ve que Chávez…
Mas vivo queda…
No ve que Chávez…
Mas alto vuela!!!
Julián Conrado
En
medio de un café que Julián preparó y tratando de ganarle al
tiempo, hablábamos de la práctica del las comunidades indígenas
del comunismo antiguo y en ese instante el cantor del pueblo comenzó
a cantar, no hizo falta su guitarra en ese eterno instante, estoy
seguro que el Comandante se hizo presente mientras Julián cantaba
“del te ayudo y él me ayudas”, que habla de lo más hermoso que
puede desarrollar un pueblo, que es la solidaridad.
Entre
diferentes temas, anécdotas y análisis ese encuentro con el
compañero Julián estaba llegando a su fin, y de repente sonó una
frase: “este tema, el de la justicia, lo vamos a ganar y sobre todo
lo ganaremos con la solidaridad nacional e internacional que estoy
recibiendo”. De repente el cantor del pueblo sentado en su cama, y
yo en frente, me dijo: “mira, te voy a mostrar un mensaje que llegó
esta mañana y que me da fuerzas para seguir esta lucha, como te
decía hoy, con la moral bien alta, me lo mando un amigo que es
médico y que casi apenas terminaba de atender un parto”: “Buen
día hermano, hoy desde
la una de madrugada
atendiendo un parto hasta
las seis y escuchando
tu canción con la
frente en alto. Sabes
hermano, le atendí el
parto a una campesina
en un pueblo en
Barinas que se llama
Pedraza y me dijo:
doctor, póngale usted el
nombre, y…bueno le
pusimos Julián. La mujer
me dijo, ¿usted se
llama así?, no le
dije, así se llama
la persona que escuchó
usted toda la noche
cantando por mi teléfono,
es un luchador incansable
y está preso en
Caracas porque cometió el
delito de ser
revolucionario. Y que mejor
tributo que el de
ponerle su nombre a
este niño, semilla de
esperanza y lucha, un
abrazo querido hermano.”
Así
quiero terminar esta crónica de aquel encuentro al cual solo pude
entrar con mi libreta, mi memoria y mi conciencia, pero creo que en
este mensaje enviado por un medico amigo de Julián esta resumido
porque tenemos la obligación y el compromiso de luchar desde lo más
profundo de nosotros por este y todos niños y solo lo lograremos
cuando logremos la libertad y el asilo de Julián Conrado, cantor del
Pueblo.
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